20 sept 2009

Gobernando la vida


El amor a mi mismo. Algo que estos últimos años me ha quitado el sueño. Muchas experiencias familiares, sociales, amorosas, etc, me han revelado una gran carencia, un algo que falta.

Desde hace un par de años, integrando una comunidad, conocí a grandes amigos, a personas enamoradísimas de Cristo; con ellos, conocí a Dios, a aquel que nos ama a todos y cada uno, a aquel que nos creo para algo, a aquel que desea mi felicidad, a aquel que dió su vida por mi y por todos, a aquel que es la vida y creo el amor.
Con esto, mi vida dio un vuelco, me di cuenta que había un sentido por el cual luchar, que estaba hecho para ser feliz, que de alguna forma existe en mi un valor.
Hace un par de meses me confirmé, le di el Si a la vida misma. Le dije “Aquí estoy señor”... aquí estoy para cumplir tu voluntad.


Pero algo ha faltado. Desde que di aquel si, a partir de algunas vivencias, me he dado cuenta que no me amo. Gracias a Dios, mis ojos, dolorosamente se volcaron hacia la realidad con mucha fuerza. Creía tener las cosas claras, pero mi realidad me decía lo contrario. Pero si, el deseo estaba presente. Deseo amarme! Deseo amar a los demás! Deseo amar como Cristo!. Un amigo me decía… no se puede llenar un vaso lleno; como no se puede llenar a un corazón que no desea. “Quiero redescubrir o descubrir verdaderamente a ese Dios de amor”
Mis amigos, la búsqueda de ayuda, el acercarme a aquellas personas que admiro, el tomarme en serio esta búsqueda, la oración, los libros, la compañia espiritual, y principalemente mis ojos de verdad en la realidad, me han ayudado mucho y ahora he encontrado algunas respuestas. A quien golpea Dios le abre! Quien busca encuentra!

Cristo abraza nuestra pequeñez, nuestra humanidad, nuestros pecados, nuestras faltas, todo. Mirarlo a Él significa dejarse mirar… afrontar mi Yo de verdad, mi humanidad por completo, y eso por lo demás, no es fácil pues nos encontramos con todo lo que somos. Mirarlo, significa darse cuenta que poseo un valor...un valor infinito.
Y Por eso yo me amo, porque mi vida, real y concreta, debe responder al valor que poseo, a mi dignidad, a esa mirada que me ama. Mi elecciones y renuncias, deben responder a su amor. Esas elecciones son las que verdaderamente me corresponden.
Amarme significa vivir reconociendo mi humanidad… querida, amada, valorada por Dios. Hacer uso de mi libertad para elegir y renunciar bajo los criterios de mi YO de verdad, de mi corazón…de aquel corazón pensante.
Amarme no significa repetir indefinidas veces “me amo”, significa vivir mi dignidad y mi valor, en la realidad. Que frente a la mujer que nos gusta, frente a nuestra polola, frente a nuestros amigos, frente a nuestras acciones diarias, el criterio de vivir sea mi valor infinito.
Esta sociedad nos llama solo a pasarlo solo bien… “vive el ahora, que la vida es corta”, la TV, el Internet, nos bombardean con satisfacciones baratas. ¡Cristo no es sensacionalista! Lo que quiere Cristo, no es aquello que nos hace solo sentir bien. “Mi vida, un disparo a la eternidad” como dice el Padre Hurtado… mis ojos, en vista de la eternidad, no del tiempo.
Frente a esta realidad que nos llena de distracciones y que nubla nuestras decisiones, que iluminador resulta hacerse la siguiente pregunta… en honor a mi valor, a la voluntad de Dios...que es Mi deseo:
¿Que haría Cristo en mi lugar?

Mirarme de verdad y objetivamente. Una bomba, produce mas ruido que una caricia. ¡Cuantas caricias hay en nuestras vidas! y no nos damos cuenta. Alegría!, ser positivos; mirar nuestras virtudes, nuestros dones, nuestra "naturaleza". Y todo esto es gracia de Dios. Vivir agradecido! Reconocerlo.


“(…) Y porque tu libertad
Y tu vocación,
Y tus actos,
Y tus decisiones,
Son personalmente tuyos,
Verdaderamente tuyos,
Y reflexivamente tuyos,
Tu puedes decir que esa es la voluntad de Dios,
Y que eso es lo que Él quiere.” (P. Miguel Ortega)


José.

21 jun 2009

¡Aquí estoy señor!

Mi corazón desborda de alegría, pues acabo de confirmar y decirle que sí a aquel tesoro, a aquella verdad para toda la eternidad. Acabo de recibir al Espíritu Santo, acabo de decirle que sí a la vida misma!…acabo de recibir un valiosísimo regalo.
Desde ahora, soy derechamente un apóstol, un misionero de Él, un hombre sediento por anunciar esa buena noticia…
La vida es durísima, hoy mas que nunca hay mucha necesidad, muchas injusticias, mucho sufrimiento… pero algo esta claro, no estamos solos...Él nunca nos abandona! Sólo debemos aprender a mirar. Pidámosles ojos nuevos al señor todos los días.


Esta culminando una etapa, y comenzando otra… Dios desea de todo mi esfuerzo y mas que nunca hoy debo saber como florecer todos mis dones. Debo aterrizar, darme cuenta que la disciplina, el esfuerzo, el trabajo, son fundamentales para este camino misionero.

Dios es amor, Dios nos ama porque simplemente vivimos; porque somos sus hijos.
Aprendamos de este amor… aprendamos a amar, dejémonos enseñar por esta apasionante vida.
El nos pide que nos amemos unos a otros como Él nos ama, que amemos al prójimo como a uno mismo, y que no hay amor mas grande que dar la vida por nuestros amigos. Busquemos y aprendamos esta maravilla que tanto ensancha nuestro espiritu. Amemos a nuestro projimo porque simplemente existe; y concretamente…¿como se logra amar de esa forma? Jesús nos dice de forma muy concreta: trata a tus amigos, a tu familia, a tu pareja como te gustaría que te trataran a ti, pues primero uno es el que debe amarse.

Aqui estoy señor para amarte con toda mi existencia, para amar a los demás como Tú me amas…y quemar corazones para que ardan por ti.

2 abr 2009

Nos quieren

Mi corazón sigue latiendo,
pero ahora ya no con mis fuerzas.

Somos hijos amados por Dios,

y no puede existir ningún amor mas grande que ese.

Por eso mi corazón late ante el milagro de tu existencia.

Tu mirada ilumina la mía por la infinitud de tus ojos,
por su paternal pertenencia,
y por tu simple compañía.
Ya no te quiero; nos quieren.

Y te amo...

porque estas presente,
porque te miro,
porque vives,
porque existes.

Te amo...

y con el corazón lleno,
porque en él habita la vida misma,
y la amo con toda mi existencia.

Te amo...
porque tu presencia es un regalo,

y tu vida un verdadero milagro.

Sólo eso me basta.

28 feb 2009

Misiones "Pichidegua 2009"

Las misiones fueron realmente grandes, Dios me regaló sin duda las mejores vacaciones y una de las mejores experiencias de mi vida; y creo que este es el punto…todo es un regalo.

Pichidegua es un pequeño gran pueblito. Me deje quemar, me deje conmover por ese gran rugido que vi en cada una de las casas que visite.
Me di cuenta que todo esta en reconocerlo, en ver a Cristo en la mirada del otro y conmoverse, así me veo a mi mismo porque si mi corazón palpita, reconozco una necesidad y surge un deseo de vivir verdaderamente. Mi corazón palpita…esta palpitando por si sólo!...”el corazón piensa” nos decía un apasionado padre Mikelle.

Las formaciones que nos hicieron Padre Marco y padre Mikelle fueron grandes. Gracias a ellas, esta conciencia definitiva y fundamental se ha concretado en mi vida y llegó para no marcharse. La conciencia de que Él quiere vivir en mi, cambio mi vida. Es fuertísimo concretizar el significado de esa muerte de cruz. Él dió su vida por todos nosotros y lo sigue haciendo; Él quiere dar su vida por la tuya en este momento! Sólo basta con que le abras las puertas de tu corazón. “Para llegar a serlo todo, desear ser nada”
Esta postura de humildad me ha liberado y me siento sin miedo y en paz ante todos los desafíos de este año.

Lo conmovedor de esa semana misionera fue observar los ojos de muchos amigos. El verbo se hacía carne! Vivía!. Y también lo hizo en mi; hace mucho tiempo que no sentía esa libertad, esa alegría, esas ganas por cantar, por tocar guitarra, por bailar. Pero todo esto, no hubiese sido posible sin la compañía de mis amigos, que me despiertan cuando estoy dormido, que me llenan de asombro con sus testimonios y que en definitiva me hicieron redescubrirme.

Las misiones cambiaron mi vida, y hoy no son una linda nostalgia porque fueron VIDA y esto sigue hasta hoy y estoy seguro que seguirá hasta la eternidad. Mi vida vale eso!.


Todo es un regalo, absolutamente todo. Alegrémonos que todos estamos llamados a algo grande, a la vida misma que quiere hacerse carne en ti. Que regalo mas grande! que amor mas grande!

8 feb 2009

"El señor hizo en mi maravillas"

Hay tantas maravillas que uno va viviendo en este proceso de fe, en este camino que no termina. Ésta conciencia definitiva y fundamental creo que se ha concretado en mi vida y llegó para no marcharse.

Soy su ventana, no estoy sólo. Yo ya no actúo, Cristo actúa en mi.
No soy yo el que da solución a mis problemas.
Él da su vida por la mía.
Pidanme lo imposible; quiero soñar lo imposible, porque si Él está en mi, todo puede pasar.
¿Que amor mas grande puede existir que éste?

"Señor, dame lo que no se pedir, y pideme lo que no sé dar"

3 feb 2009

Nuestra riqueza

De pronto resulta realmente agobiante vivir en una sociedad que de alguna forma te exige un prototipo de persona.
De forma casi instintiva, se nos exige estudiar en una prestigiosa universidad, estudiar una carrera de elite, y ganar el máximo de dinero posible. Ante esto, se produce una presión insoportable y en la mayoría una desorientación vocacional por intentar conseguir este prototipo de persona exitosa.
Combatir esta enfermedad en la que estamos inmersos es una gran tarea que todos los jóvenes, aprovechando nuestras energías, debiésemos concientizar.
Creo que la mejor manera de combatir, es primeramente cambiarnos a nosotros mismos y descubrir que lo que realmente nos da valor es la infinita riqueza que poseemos dentro de nosotros.

A partir de mi experiencia de vida, ese contacto con Cristo me hizo descubrir eso bello que poseo dentro de mi. Cada día que pasa, se me revela a Cristo porque redescubro y sale a luz una belleza nueva; una belleza que me llena de asombro y que esta presente por el solo hecho de existir.
Yo me redescubro porque la conciencia de nuestras faltas, el arrepentimiento, la tristeza, nacen por una necesidad de algo más y eso me revela que poseo un deseo profundo de felicidad, un Yo interno valiosísimo, un tesoro que de apoco sale a luz y quien hace posible esto, es Cristo; porque he descubierto que mi corazón esta hecho para seguirlo y reconocerlo.


Todos sin excepción valemos y somos amados por Él, ese es el mayor misterio y que hace tan especial ese amor, porque siempre esta presente, a pesar de nuestras faltas. Por ello, la conciencia de ser seres humanos es una de las principales virtudes de una persona santa, que no es un súper hombre como a lo mejor se piensa, es un hombre que vive profundamente su propia humanidad.


Maravillémonos del otro, de eso que lo hace diferente. Asombrémonos de la diversidad. Florezcamos, conozcámonos a nosotros mismos, descubramos nuestra belleza. Eso es lo que realmente nos da valor como personas.