Las misiones fueron realmente grandes, Dios me regaló sin duda las mejores vacaciones y una de las mejores experiencias de mi vida; y creo que este es el punto…todo es un regalo.
Pichidegua es un pequeño gran pueblito. Me deje quemar, me deje conmover por ese gran rugido que vi en cada una de las casas que visite. Me di cuenta que todo esta en reconocerlo, en ver a Cristo en la mirada del otro y conmoverse, así me veo a mi mismo porque si mi corazón palpita, reconozco una necesidad y surge un deseo de vivir verdaderamente. Mi corazón palpita…esta palpitando por si sólo!...”el corazón piensa” nos decía un apasionado padre Mikelle.
Las formaciones que nos hicieron Padre Marco y padre Mikelle fueron grandes. Gracias a ellas, esta conciencia definitiva y fundamental se ha concretado en mi vida y llegó para no marcharse. La conciencia de que Él quiere vivir en mi, cambio mi vida. Es fuertísimo concretizar el significado de esa muerte de cruz. Él dió su vida por todos nosotros y lo sigue haciendo; Él quiere dar su vida por la tuya en este momento! Sólo basta con que le abras las puertas de tu corazón. “Para llegar a serlo todo, desear ser nada” Esta postura de humildad me ha liberado y me siento sin miedo y en paz ante todos los desafíos de este año.
Lo conmovedor de esa semana misionera fue observar los ojos de muchos amigos. El verbo se hacía carne! Vivía!. Y también lo hizo en mi; hace mucho tiempo que no sentía esa libertad, esa alegría, esas ganas por cantar, por tocar guitarra, por bailar. Pero todo esto, no hubiese sido posible sin la compañía de mis amigos, que me despiertan cuando estoy dormido, que me llenan de asombro con sus testimonios y que en definitiva me hicieron redescubrirme.
Las misiones cambiaron mi vida, y hoy no son una linda nostalgia porque fueron VIDA y esto sigue hasta hoy y estoy seguro que seguirá hasta la eternidad. Mi vida vale eso!.
Todo es un regalo, absolutamente todo. Alegrémonos que todos estamos llamados a algo grande, a la vida misma que quiere hacerse carne en ti. Que regalo mas grande! que amor mas grande!
28 feb 2009
8 feb 2009
"El señor hizo en mi maravillas"
Hay tantas maravillas que uno va viviendo en este proceso de fe, en este camino que no termina. Ésta conciencia definitiva y fundamental creo que se ha concretado en mi vida y llegó para no marcharse.
Soy su ventana, no estoy sólo. Yo ya no actúo, Cristo actúa en mi.
No soy yo el que da solución a mis problemas.
Él da su vida por la mía.
Pidanme lo imposible; quiero soñar lo imposible, porque si Él está en mi, todo puede pasar.
¿Que amor mas grande puede existir que éste?
"Señor, dame lo que no se pedir, y pideme lo que no sé dar"
Soy su ventana, no estoy sólo. Yo ya no actúo, Cristo actúa en mi.
No soy yo el que da solución a mis problemas.
Él da su vida por la mía.
Pidanme lo imposible; quiero soñar lo imposible, porque si Él está en mi, todo puede pasar.
¿Que amor mas grande puede existir que éste?
"Señor, dame lo que no se pedir, y pideme lo que no sé dar"
3 feb 2009
Nuestra riqueza
De pronto resulta realmente agobiante vivir en una sociedad que de alguna forma te exige un prototipo de persona.
De forma casi instintiva, se nos exige estudiar en una prestigiosa universidad, estudiar una carrera de elite, y ganar el máximo de dinero posible. Ante esto, se produce una presión insoportable y en la mayoría una desorientación vocacional por intentar conseguir este prototipo de persona exitosa. Combatir esta enfermedad en la que estamos inmersos es una gran tarea que todos los jóvenes, aprovechando nuestras energías, debiésemos concientizar.
Creo que la mejor manera de combatir, es primeramente cambiarnos a nosotros mismos y descubrir que lo que realmente nos da valor es la infinita riqueza que poseemos dentro de nosotros.
A partir de mi experiencia de vida, ese contacto con Cristo me hizo descubrir eso bello que poseo dentro de mi. Cada día que pasa, se me revela a Cristo porque redescubro y sale a luz una belleza nueva; una belleza que me llena de asombro y que esta presente por el solo hecho de existir.
Yo me redescubro porque la conciencia de nuestras faltas, el arrepentimiento, la tristeza, nacen por una necesidad de algo más y eso me revela que poseo un deseo profundo de felicidad, un Yo interno valiosísimo, un tesoro que de apoco sale a luz y quien hace posible esto, es Cristo; porque he descubierto que mi corazón esta hecho para seguirlo y reconocerlo.
Todos sin excepción valemos y somos amados por Él, ese es el mayor misterio y que hace tan especial ese amor, porque siempre esta presente, a pesar de nuestras faltas. Por ello, la conciencia de ser seres humanos es una de las principales virtudes de una persona santa, que no es un súper hombre como a lo mejor se piensa, es un hombre que vive profundamente su propia humanidad.
Maravillémonos del otro, de eso que lo hace diferente. Asombrémonos de la diversidad. Florezcamos, conozcámonos a nosotros mismos, descubramos nuestra belleza. Eso es lo que realmente nos da valor como personas.
De forma casi instintiva, se nos exige estudiar en una prestigiosa universidad, estudiar una carrera de elite, y ganar el máximo de dinero posible. Ante esto, se produce una presión insoportable y en la mayoría una desorientación vocacional por intentar conseguir este prototipo de persona exitosa. Combatir esta enfermedad en la que estamos inmersos es una gran tarea que todos los jóvenes, aprovechando nuestras energías, debiésemos concientizar.
Creo que la mejor manera de combatir, es primeramente cambiarnos a nosotros mismos y descubrir que lo que realmente nos da valor es la infinita riqueza que poseemos dentro de nosotros.
A partir de mi experiencia de vida, ese contacto con Cristo me hizo descubrir eso bello que poseo dentro de mi. Cada día que pasa, se me revela a Cristo porque redescubro y sale a luz una belleza nueva; una belleza que me llena de asombro y que esta presente por el solo hecho de existir.
Yo me redescubro porque la conciencia de nuestras faltas, el arrepentimiento, la tristeza, nacen por una necesidad de algo más y eso me revela que poseo un deseo profundo de felicidad, un Yo interno valiosísimo, un tesoro que de apoco sale a luz y quien hace posible esto, es Cristo; porque he descubierto que mi corazón esta hecho para seguirlo y reconocerlo.
Todos sin excepción valemos y somos amados por Él, ese es el mayor misterio y que hace tan especial ese amor, porque siempre esta presente, a pesar de nuestras faltas. Por ello, la conciencia de ser seres humanos es una de las principales virtudes de una persona santa, que no es un súper hombre como a lo mejor se piensa, es un hombre que vive profundamente su propia humanidad.
Maravillémonos del otro, de eso que lo hace diferente. Asombrémonos de la diversidad. Florezcamos, conozcámonos a nosotros mismos, descubramos nuestra belleza. Eso es lo que realmente nos da valor como personas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)